Historia de Chiara_Episodios [VIDEO]

1)Yo también tuve la edad de ustedes, gen4

Narradora: Chiara nació en Trento, en el Norte de Italia.

Su nombre de bautismo era Silvia, y así la llamaban sus padres, su papá Luigi y su mamá Luigia, su hermano mayor Gino, y sus hermanas Liliana y Carla; pero todos nosotros la hemos conocido siempre como Chiara, nombre que ella eligió a los 23 años, cuando quería amar a Dios tanto como había hecho una jovencita de Asís que luego fue santa: santa Clara de Asís.

A Chiara desde pequeña le gustaban las cosas bellas de la naturaleza, y oír hablar de Dios que las había creado. Por eso iba a menudo a escuchar a Sor Carolina que reunía a muchas niñas y les hablaba de Dios, de Jesús…

Y Chiara cuenta[1] también que, cuando tenía 7 años, Sor Carolina las llevaba, –a ella y a sus amiguitas de 4, 5 y 6 años– a una iglesia de Trento, donde se hacía la adoración durante una hora. A Chiara le gustaba arrodillarse precisamente delante, para mirar sin distraerse y hablar con Jesús en la Hostia que estaba expuesta:

“Oye Jesús, Tú has creado el sol; el sol da luz y calor, yo te miro fijo, fijo y Tú a través de los ojos ponme dentro del alma la luz espiritual y el calor espiritual”. Chiara se lo decía a Jesús cada vez que iba, mirándolo fijamente, esperando que Él la iluminase, le inflamase el corazón.

Y fue también Sor Carolina[2] la que le enseñó a Chiara a hacer actos de amor, dándoles a ella y a las otras niñas un vestidito de papel para el Niño Jesús. Este vestidito tenía muchos cortes. Cuando se hacía un acto de amor se levantaba uno de los trocitos cortados de modo que al final el vestidito parecía todo bordado por los muchos actos de amor hechos. Cuando todo el vestidito estaba bordado de amor se lo llevaban a Jesús.

[1] Cf. C. Lubich, Rocca di Papa, 4 julio 1967, a las Gen pequeñas: “Su historia de niña"

[2] Cf. C. Lubich, Castelgandolfo, 28 abril 1992, Congreso Gen 4, respuesta n° 1

2)Cuando se hacen los actos de amor suceden cosas bonitas

Narradora: Chiara ha crecido. Ha estudiado para ser maestra de escuela primaria. Ha dado clases durante un año en una pequeña escuela en la montaña, pero después ha proseguido los estudios, y ahora está en su casa, con sus hermanitas y su mamá.[1]

Hoy es un día muy frío de invierno. La mamá ve que se ha terminado la leche. En esa época, para comprarla, había que recorrer un largo camino a pie, hasta la granja, llevando la botella para llenarla.

Las hermanitas más pequeñas están jugando, pero Chiara se da cuenta de que no quieren salir, porque hace frío y es difícil. Así, aunque tenía que estudiar, siente dentro las ganas de hacer un acto de amor y dice enseguida: “¡Voy yo, mamá, con la botella a por la leche!”.

Se abriga bien, sale, y empieza a caminar. Cuando está a mitad del camino, precisamente en un punto que se llama “Virgen Blanca”, Chiara oye, no con los oídos sino con el corazón, como si Dios le dijese: “¡Entrégate totalmente a mí! Sé toda mía, entrégate totalmente a mí.” Y Chiara responde: “Sí”. Y experimenta una gran, grandísima alegría.

“Después comprendí que cuando se hacen los actos de amor suceden las cosas bonitas. Como yo hice el acto de amor de ir a buscar la leche con la botella, Jesús me llamó, me llamó a seguirlo para siempre” [2]

[1] Cf. C. Lubich, Castelgandolfo, 28 abril 1992, Congreso Gen 4, resposta n° 3

[2] C. Lubich, Castelgandolfo, 28 abril 1992, Congreso Gen 4, respuesta n° 3

 

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