¿quiénes somos?

Lenguajes y Métodos

Una de las fortalezas del proyecto de formación que lleva adelante el Movimiento de los Focolares es el de “acercarse”, estar atento al otro. También se propone valorar una educación que “toque mente, corazón y manos” (cfr. Papa Francesco, Loppiano, 10 de mayo de 2018)

Dos elementos fundamentales…

  • Donar todo de manera apropiada a su edad  

Para formar “mente y corazón”, se les ofrece a los niños toda la Espiritualidad del Movimiento y el estilo de vida que surge de él, pero con gradualidad y con el lenguaje adecuado a su edad, como decía Chiara en 1966: De una manera particular que conquiste sus almas, en donde se desarrolla de alguna manera, la fantasía por excelencia, o la voluntad, o muchas otras cosas. (…) Por lo tanto, del Movimiento se les da todo. “ (C.Lubich, Loppiano, 29.08.1966) 

  • La importancia del juego

Chiara Lubich, nuevamente en 1966, para llamar la atención sobre el lenguaje de las “manos”: 

“ Los niños: su vida, es así que Dios ha querido, que sus vidas sean principalmente juego. No se trata de hacerse uno con ellos y por lo tanto jugar únicamente, sino, más bien, “entender su juego, es decir, el juego de los niños es el trabajo de los adultos. Entonces si nuestras lecciones para los niños no las establecemos en el juego,(…) principalmente en el juego, (…) no hemos entendido a los niños(C.Lubich, Loppiano, 29.08.1966, cfr. AAVV, Amatevi come Io ho amato voi, CNx, Roma, p. 54)

El juego involucra a toda la persona y es un aspecto decisivo para su desarrollo, bajo varios aspectos:  

    • psico-motor: a través del juego (particularmente los juegos de movimiento), el niño define la percepción del ambiente en sí mismo. Tiene la posibilidad de explorarlo, de conocerlo y de tomar consciencia de su corporeidad. Además, el juego contribuye al desarrollo físico. Por ejemplo, caminar, correr, saltar, escalar, estar en equilibrio, etc…  
    • cognitivo: el juego ayuda a conocerse, favorece el aprendizaje, el uso de formas y estrategias para resolver situaciones, promueve el razonamiento y la reflexión, ayuda a dar sentido a los eventos y experiencias, etc… 
    • socio-afectivo: el niño, a través del juego, puede aprender a reconocer y expresar sus emociones de manera adecuada respecto al contexto y con los demás. Nos ofrece una gran oportunidad para crear relaciones gratificantes, relaciones fuertes, así como aprender a reconocer y a respetar las reglas sociales.

para llegar a ser verdaderamente “cercanos” y compañeros de viaje: si un adulto juega con el niño “se hace uno con él”, es decir, se convierte en su “compañero” porque se transporta a su mundo, es el niño que conduce al adulto y lo acompaña a explorar el mundo que tiene dentro de sí.

Con los niños no sirven largos discursos, pero es necesario prepararse muy bien para acoger los pasajes esenciales y más adecuados de su edad, para transmitir los elementos de formación humana, espiritual, catequética que queramos comunicar.

Cada vez tenemos que encontrar el modo justo (a través de un juego, una actividad creativa, una canción, representando algo) que nos pueda ayudar a hacerlo.